domingo, 27 de septiembre de 2009

LA IMPROVISACIÓN EN EL TEATRO

Por: Antón Vidal Jordán

Uno de los más celebres directores del teatro contemporáneo es incuestionablemente el inglés, Keith Johnstone quien por sus habilidades y técnicas no convencionales para el desarrollo de la improvisación lo han convertido en un autor de culto para los amantes del estudio y práctica del teatro.

Un hombre modesto y amable, sin pretensiones, ni aura teatral, sin la voz impostada, ni poses de actor consumado así se presenta Johnstone a quienes lo observan mientras él intenta preparar a sus discípulos en los ejercicios de la improvisación.

La formación de Johnstone fue muy peculiar, pues entendió que en buena parte la educación que lo formó carecía de los principios pedagógicos, los cuales el fue descubriendo a medida que maduraba. Fue conciente que lejos de formar, la educación tradicional deformaba la personalidad espontánea de los alumnos, en vez de buscar la creatividad e ingenio se buscaba juventudes memoristas y autómatas, los cuales se inhibirían para realizar sus sueños en la adultez.

Sin embargo no todos los profesores con los que interactuamos nos frustran, fue Anthony Stirling quien le enseñó la importancia de la improvisación y la libre creatividad. Algo que entendió Johnstone, también fue la falacia de que la atención de un niño sólo dura 10 minutos, él entendió que la atención del niño depende de la habilidad del profesor para interesar y motivar a los alumnos durante la clase.

Frente a la errónea actitud de las personas por tomar apuntes frenéticamente en clase, él recomienda que uno debe focalizarse en los ejercicios, pues es la única forma de lograr resultados. Johnstone indica que es mejor relajarse y utilizar todo el potencial en la improvisación, sólo con la improvisación se consigue la libre espontaneidad que se necesita para lograr los personajes de la obra.

Lograr esta improvisación hace del actor un hombre más seguro de sí mismo, más sano mentalmente y con deseos de superación diariamente. Una de las paradojas que llama la atención fue es hecho que el no busca grandes actores para sus representaciones, sino que piensa que cualquier hombre tiene la capacidad de actuar y si se utiliza la correcta metodología a través de la improvisación, pronto se lograran resultados adecuados.

Entonces utilicemos lo aprendido en la labor pedagógica y no frustremos a nuestros alumnos creativos ni tratemos de imponer nuestras sensaciones, dejemos que ellos experimenten las propias y descubran sus talentos.

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